Y luego nos quejamos...

Jolín, jolín (es por ser un poco menos basta que de costumbre, que por escrito no queda bien), yo me paso los días y las semanas quejándome amargamente de lo malos que son los algunos de los jueces que sufrimos aquí. Sin embargo, y como dice el refrán "detrás vendrá quien bueno te hará" y ayer obtuve, vía comparecencia, la confirmación de que los nuestros no son los peores, son iguales a los demás.
El próximo martes tenía señalada una declaración de imputado en Mula (Murcia), y en la mañana de ayer me llamó el Procurador para decirme que le acaban de avisar desde el Juzgado porque la declaración se había suspendido. Ahora, en Murcia, se consiente que los imputados decidan el dónde y el cuándo declaran.
Siendo eso irregular, no es lo que quería comentar hoy, el asunto es que aprovechando la comparecencia de la imputada para decir que quiere declarar aquí, el Juez acuerda la suspensión de la declaración y la devolución de los Autos y el exhorto a Jerez para que deponga aquí.
Sin explicaciones, sin más razón que la voluntad del imputado. Los demás tenemos que deshacernos en razones y fundamentaciones de hecho y jurídicas para la mínima cosa y este imputado hace LO QUE LE VIENE EN GANA. ¿Así gana tiempo para preparar su defensa? ¿No quiere dar la cara ante sus convecinos? ¿Tiene miedo del Juez de Mula? Cualquiera de estas circunstancias serían suficientes para no haber aceptado semejante enjuague. A mi me ahorra más de mil quinientos kilómetros en dos días, pero eso sólo es un consuelo físico, intelectualmente me repele que George Orwell tuviera razón en "Rebelión en la granja" ...todos somos iguales, pero unos más iguales que otros..."

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