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Mostrando entradas de octubre, 2012

Abogacía 2.0

He resuelto asunto de clientes por teléfono, traduciendo contratos en francés, por fax remitiendo las nuevas cláusulas del contrato directamente para firmar, por email contestando dudas técnicas de temas tangenciales al asunto principal, por WhatsApp aclarando al cliente y/o él a mí quiera tal o cual testigo y hoy ha sido el remate. Un amigo-cliente me manda una providencia de apremio de una multa de aparcamiento inexistente para recurrirla. El Ayuntamiento de una gran capital de ese país al sur de los Pirineos dispone de una web para presentar el correspondiente Recurso de Reposición y ha sido divertidísimo, (al menos para mí) rellenar el formulario usando todos los medios a la vez. Empecé capturando la pantalla de la web, se la envié, por SMS me pidió el link, se lo mandé, y a cuatro manos, dos ordenadores y el teléfono en manos libres hemos completado el Recurso. Ya veis, abogacía 2.0.

Abogada y sobre todo madre

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Recurrir o parar.

Hay ocasiones en que realmente no se sabe qué es mejor para el cliente, si perseverar en una lucha inútil e incluso potencialmente lesiva, en lo personal y en lo temporal, o usar todos los recursos legales a tu disposición. El dilema es importante y tiene dos perspectivas para ser afrontado, la meramente profesional, no exenta de vanidad letrada, y la también humana, cuando consideras al cliente, además de un expediente, un hombre. Si a ello se une la inoperancia de ciertas instituciones creadas para paliar determinados problemas, que unas veces estorban de más o no aparecen cuando se les necesita, hemos conseguido la cuadratura del círculo.

Perros viejos.

Hace mil años, cuando yo era una debutante, un letrado experimentado me dijo, "no hay cosa a la que le tema más, que un novato, tienen todo el tiempo del mundo para estudiar y prepararse los asuntos". Hoy, mucho tiempo después, le doy parcialmente la razón. Tienen tiempo. Sin embargo, siempre un perro viejo tiene sus triunfos. Aspectos como el control del paso del tiempo por medio de la utilización y el abuso de tretas, recursos y subterfugios varios, delatan su condición. El único problema es que, a veces, por mirar su propio ombligo y darse palmaditas en la espalda por lo hábiles que son, acaban perjudicando al cliente y ganándose, merecidamente su "fama".

Qué complicado!!!

Qué enrevesada se vuelve, a veces, la vida. La de los Letrados y también la de sus clientes. Ya lo he dicho aquí, creo, en más de una ocasión, nadie es completamente bueno ni totalmente malo. Hay circunstancias en el trabajo que te hacen replantearte cosas que, normalmente das por sabidas o por válidas sin ulterior explicación, y cuando un asunto te enfrenta a tu cotidianidad, te das cuenta, de verdad, de lo "vendidas" que podemos llegar a estar las personas normales si alguien te acusa de un delito de los que llamamos contra las personas. La declaración de la víctima, juisprudencialmente definida como inatacable, te deja inerme y demostrando tu inocencia. Pensemos en ello.

Solo responderé a mi abogado.

Este mediodía, viendo el Telediario, estaba la conocida folclórica declarando en su juicio y la voz en off aclaraba que sólo respondía a las preguntas de su Letrado. Y yo, torpe, nunca he recomendado semejante estrategia a mis clientes, por la terrible sensación que me produce la culpabilidad del silencio del acusado y la incrustación en mi cerebro del conocido latinajo "QUID TACET CONSENTIRE VIDETUR". Ya se que al procesado/imputado no se le tiene por confeso en lo que le perjudique, como en civil, sólo faltaría ( principio de presunción de inocencia, in dubio pro reo, etc). A mi, en cualquier caso, me parece más culpable el que calla que el que miente con salero e ingenio.

Preparación.

Esta tarde he dedicado todos mis esfuerzos a preparar una declaración de imputado. Es harto complejo, para mi, ponerme en los zapatos de un Juez instructor en esos casos. Mi vena de defensor me impulsa a buscar sólo (y se que es un error) las explicaciones que inviertan la culpabilización. Me resulta más digerible, por lo que contiene de argumentación aclaratoria, que el mero relato de hechos sin connotaciones emocionales, retrospectivas e incluso sentimentales. Sin embargo, y dada la peculiar personalidad del Instructor, que el otro día me llamó "beligerante" (sic), debo andar con mucho tacto en mi interrogatorio. Conciliar mi obligación con mi natural impulsivo me va a requerir una dosis máxima de autodominio. Ya veremos...

Trabajos indeseados.

Hay ocasiones en las que la falta de convicción en un asunto se transforma en un muro insuperable. Otras veces, uno se sobrepone ante tan adversa circunstancia y saca lo mejor de sí. Es duro plantear una demanda cuando se tiene la certeza de que nuestro cliente no tiene ni pizca de razón, pero, con argumentos extrajurídicos, te impone la obligación de pleitear, por una cantidad ridícula y costando al erario público 20 veces lo reclamado. Esa ha sido la situación de hoy. Al final he redactado la demanda y creo que, a lo mejor, mi cliente puede llegar a tener una oportunidad. Aunque no por méritos míos, si no por la ayuda recibida.

Sonrojo

Esta tarde he leído un twit que me ha llevado a una noticia ocurrida esta mañana en un colegio confesional. Resumo, un puñado de adolescentes ha invadido por la fuerza las aulas de primaria del centro educativo entre gritos, pintadas y amenazas varias. He sentido miedo y vergüenza al leer lo sucedido. Lo primero por la agresión que representa a varios derechos y libertades fundamentales, desde la libertad religiosa al derecho a la educación. Lo segundo por la panda de energúmenos en que se ha convertido una parte de la juventud, que por imponer sus ideas arrasan todo a su paso cual horda salvaje. Aún continúo sonrojada por ser parte de la sociedad que, por sus acciones y/o inacciones, ha alimentado a esa víbora que acabará por matarnos.

Nuevas tecnologías

A los abogados nos pasan cosas raras desde siempre, pero desde que hemos incorporado a nuestros quehaceres diarios las redes sociales y los sistemas de mensajería instantánea, es la bomba. Tenemos clientes a los que abroncamos por Facebook, otros que nos comunican sus dudas por Twiter, y por último los que en una confusión, nos envían vídeos de dudoso gusto por WhatsApp. Y me diréis, no hay que dar aceptar entre los amigos a clientes, pero la mayoría de las veces llegan a ti a través de amigos o porque tienen tu correo electrónico o tu número de móvil. Es lo que tienen los nuevos tiempos.

Estorbos

Cada día me convenzo más de que la figura de la acusación particular está en vías de extinción. Se produce en nuestros tribunales la caza indiscriminada y feroz de la pobre acusación privada. Todos se quieren deshacer de ella, y los primeros interesados no son, como pudiese parecer, los Letrados defensores, no, son los Fiscales y los Jueces. Los primeros por detentar en exclusiva la potestad de decidir qué delitos se persiguen y cuales no. Ese privilegio,, según su entendimiento, es suyo, "su tesoro". Los segundos por evitarse la molestia que supone tener que atender a las peticiones de quien ninguna vela debe tener en el entierro en cuestión. Al final, y por vía de los hechos consumados, nos obvian, ladean, apartan y separan, cual estorbo molesto.

... Y los ganes

Bien dice la maldición gitana, pleitos tengas y los ganes, porque, como a todos los letrados os consta, es casi peor. Cuando pierdes un pleito sabes perfectamente qué hacer, recurrir el asunto y listo. Pero cuando lo ganas empieza el particular "via crucis" del vencedor. Empiezas por esperar la firmeza, y si es una conformidad, ya se supone que es firme y ejecutiva, siempre que no aparezca un enredador profesional y necesite esto y lo otro y lo de más allá, eso si, siempre en perjuicio de las víctimas y de los daños colaterales que somos los abogados. Nuestros clientes no reciben sus indemnizaciones y nosotros no percibimos nuestros honorarios, y así meses y meses y meses y meses. En fin, no se si desearos que ganéis muchos pleitos o no, porque realmente no tengo claro que eso no sea un caramelo envenenado.

Alguna fuerzas maleducadas.

Los letrados, al menos los de Badajoz, nos enfrentamos a diario con la mala educación y la grosería insufrible en el trato que nos dispensan algunos miembros de determinadas "fuerzas". Las leyes que teóricamente nos amparan en el ejercicio de nuestro trabajo, les son, a esos especímenes, olímpicamente ignotas o, en su defecto, sólo plenamente desconocidas, en su letra y en su espíritu. Nosotros, habitualmente mejor educados, soportamos sus desplantes y/o despropósitos varios, todo nuestro esfuerzo y templanza lo sacrificamos en el ara del sacro santo derecho de defensa. Sus superiores deberían plantearse dedicar la formación continua a urbanidad, buenos modales y respeto.

Lo que cuesta.

Si, eso mismo, a veces, las cosas normales se vuelven dificultosas hasta el extremo por culpa exclusiva de uno mismo. Llevaba varias semanas posponiendo la redacción de una demanda de procedimiento ordinario, hasta aquí lo normal, sin embargo, me ha costado lo indecible sentarme con la tranquilidad requerida para hacerlo. Esta mañana, con el espíritu torturado por no haber cumplido con mi deber, me he puesto a redactarla, y esta tarde he concluido la primera versión. Ya está, ya no me siento fatal cada vez que llego al despacho pensando en cómo hincarle el diente al asunto. Si nada se tuerce, el lunes se quedará presentada. Eso no es lo único que me ha costado últimamente, por mi cumpleaños pedí unas botas, y hasta hoy, no han llegado, casi dos meses después!!!.

Prisioneros de guerra.

Tras muchos años dedicando una parte importante de mi tiempo al derecho de familia, estoy convencida de que los escollos insalvables que embarrancan invariablemente los divorcios son la personalidad de los cónyuges y que uno de ellos no conoce a aquel con quien se casó. Tienen en la mente la idea de que el otro es como ellos imaginan, y por más que tratemos de hacerles ver que se equivocan, no lo comprenden. Esa es la razón de que muchos hijos sean prisioneros de guerra de uno de sus padres frente al otro. O si se prefiere, rehenes emocionales. A veces el padre no custodio quiere ser/parecer/ejercer de progenitor a tiempo completo sin serlo y esa debilidad es aprovechada por el otro para chantajearle de forma inmisericorde. Cuando el letrado interviene para restablecer la cordura se topa con el muro de la fantasiosa e idílica relación que se ha inventado como posible con su hijo. Y es difícil hacerle entender que no existe esa arcada feliz en la que su ex se comporta de manera qu

Contra convicciones.

Siempre he sido contraria a las custodias compartidas por lo que implicaban de egoísmo de los progenitores. Hoy, sin embargo, he preparado un convenio de divorcio con custodia compartida, los que se mueven son los padres y los hijos no van a notar ninguna diferencia sustancial más allá de la alternancia en el cuidado. No se señalan pensiones alimenticias y los gastos, tanto domésticos como de los menores serán abonados por cada padre mientras conviva en el domicilio familiar. Así que me veo, actuando contra mis prejuicios y tratando de conjugar el interés de todas las partes, aunque para conseguirlo cuento con el apoyo inestimable de las familias de origen de los progenitores. Sólo en un país con la tradición familiar del nuestro es posible utilizar esa red social primigenia que es la familia extensa. Esto también debería ser portada del periódico estadounidense.

C. E. H.

Seguro que así escritas, estas iniciales pueden significar muchas cosas, pero casi seguro, también, que no lo que os imagináis. La semana pasada nos dieron traslado del escrito de un imputado que, oponiéndose a la práctica de una prueba pericial solicitada por la acusación con el objetivo de verificar si las afirmaciones vertidas por el mismo se ajustan a los conceptos y terminología de su ciencia, en lugar de que, como se había pedido, se lleve a cabo por un profesional opositado experto en la materia y designado por el Colegio Regional correspondiente, exige que se traiga a un miembro del Centro de Estudios Hipotecarios del Colegio de Madrid. Mi sorpresa ha sido mayúscula cuando, tras acudir a la web oficial, dicho Centro no aparece por ningún lado. Asumido el fracaso inicial, me he encomendado a San "Google" y resulta ser que el sitio de tan campanudo y pomposo nombre es la editorial que publica las ponencias de los Congresos y los Libros-Homenaje. Pasada la estupefacc

Agua.

Esta mañana ha sido prácticamente improductiva. Digo esto porque me he acercado a Instrucción 4 y me han dicho, de palabra, que se iba a oficiar para que tenga a mis testigos y perito el 7 de noviembre. Así que podríamos considerarlo un "tocado". El resto de mi recorrido por el Palacio de Justicia, un desastre total, la funcionaria de Instrucción 2 se ha ido de vacaciones una semana, "agua". El funcionario de Instrucción 3, hoy no ha ido a trabajar, "agua". Así, en resumidas cuentas, mi particular guerra de barquitos se ha traducido en derrota completa. Tres cosas que tenía que hacer, no he resuelto ninguna. Me lo tomaré con humor, que para eso es lunes.