Sobresaltos.

Esta mañana empezó como cualquier otro lunes corriente, tenía planificado el trabajo a realizar, tanto en la mañana, como en la tarde, sin embargo, cualquier previsión se desmoronó cuando, a las nueve y media de la mañana me suena el móvil, y desde el Juzgado de lo Penal me dicen que tengo un juicio a esa misma hora, para defender de un robo con fuerza, a una persona de la que ni me suena el nombre, y que no me consta que me haya sido designada.
Tras revisar concienzudamente todos los correos de las últimas semanas con las designaciones del Colegio, y hablar con el LAJ del Juzgado, me entero que a ellos mi nombramiento les llegó el jueves 27 de febrero, a mí nunca me ha llegado.
Tal como estaba, es decir con ropa de despacho, agarro mi mochila y me bajo al Palacio de Justicia, entro en la Sala y le explico al Magistrado que no sé nada de esto, y me tiende amablemente los Autos, le pido poder subirmelos para poder estudiarlos con un poco de calma, porque en ningún caso me iban a suspender el juicio, y me dice, váyase a la Oficina.
Leo lo que hay, que no era mucho, y en el escrito de Acusación le piden al acusado 3 años de prisión, me quiero morir, me entran sudores, palpitaciones, se me seca la garganta.... y entro en pánico, mi recién adquirido cliente, está en la carcel y le han traído conducido.
Me bajo al calabozo y se declara inocente, aunque las pruebas apuntan en otra dirección. Me dice que va a pedir otro abogado, aunque Su Señoría ya me ha advertido, no más suspensiones, no más renuncias al Letrado de Oficio, respiro hondo cuento hasta 100 y le digo voy a hablar con el Fiscal.
Subo de nuevo, me dirijo al Fiscal y me dice, no hoy tienes que negociar con mi hijo (Fiscal en prácticas), no me faltaba ni la guinda del pastel, o eso creía yo.
Nos ponemos a negociar y al ser multireincidente, había poco que hacer, a menos que se le eche imaginación, y agarrándome al único clavo ardiendo que tengo, le propongo la atenuante de drogadicción basándome en cuatro palabras que hay en el atestado "con pinta de drogadicto", se lo digo al joven Fiscal, que me mira con cara de esta abogada está loca.
Gracias a dios, su padre, el Fiscal supervisor, es una eminencia y recordó que en Francia existe una atenuante que es "tener pinta de algo" (por abreviar), y entre todos hemos conseguido encajar la atenuante de toxicomanía.
Un año y diez meses, vuelvo a bajar, como alma que lleva el diablo, se lo propongo, 36 meses o 22 meses, es tu decisión, le digo, y acepta, un poco a regañadientes, pero lo hace.
Conformidad alcanzada.
Si esto no es empezar la semana con sobresaltos, que venga Dios y lo vea.

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