La Justicia y Quevedo.

Lo prometido es deuda, ¡ya tengo fecha definitiva para el Juicio! Por fin, esta mañana me han llamado del Penal y el día en que me vestiré la toga es el lunes 14.
Hoy ha sido un día bastante normal, alguna reunión matutina y muy poco más y cuando el demonio no tiene qué hacer, con el rabo espanta moscas, así que me he puesto a pensar en muchas cosas, entre otras, lo importante que es hacer el trabajo a tiempo, no dejar para el último día las contestaciones o las apelaciones, ya que si lo hacemos así, luego nos podemos encontrar con señalamientos de último minuto que requieran nuestra atención, o incluso una indisposición tan tonta como un catarro. No, estoy bien, es sólo que me he puesto a pensar en ello, ya que se me avecina un juicio laaaaaaaaaaarrrrrrrrrrggggggggggggooooooooooo y me pregunto cómo despachar el diario si estoy sola en mi despacho.
Ayer fui de las insensatas que ví el debate entero y me quedó la peor de las sensaciones ya que ni uno ni otro candidatos, tras aburrir a las ovejas, ni siquiera mencionaron el problema de la Justicia, ¿No les importa? Debe ser esa la razón, ya que si les juzgasen a ellos irían directamente al Tribunal Supremo y allí las cosas deben funcionar mejor y no tienen Nueva Oficina Judicial, si, esa que pierde los pleitos en el marasmo. Esperaba algo, alguna pincelada y, como dicen los valencianos, res de res (nada de nada). Creo que tras colarnos la ley de Agilización Procesal el día 31 de octubre, considerarán haber hecho lo suficiente, sin embargo, personalmente, la situación de la Administración de Justicia me recuerda aquel poema de "Miré los muros de la patria mía, si un tiempo fuertes ya desmoronados..." (Quevedo).

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