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Mostrando entradas de marzo, 2017

Amigos y trabajo.

Los abogados, en general seres solitarios encerrados en sus despachos, sentados solos en los estrados, confrontados en soledad con sus clientes, como humanos que son, tienen la necesidad de interrelacionarse con otras personas. Lo anterior hace que establezcamos lazos de afectividad muy fuertes con algunos compañeros, que son los que mejor nos entienden, los que comparten nuestros desvelos y disgustos, nuestras alegría y sinsabores, y sentimos entre nosotros esa empatía nacida de la vivencia de una realidad similar que, a veces, trasciende de las meras relaciones entre compañeros. Y esa amistad hay que cultivarla, mantenerla y siempre dejarla al margen del trabajo y sus circunstancias. Los clientes, todos lo sabemos bien, vienen y van, pero con los amigos abogados vamos a mantenernos cerca por años, lustros y décadas. Y ello nos debe llevar a mimar ese delicado equilibrio obligatorio entre el deber profesional y lo que nuestro corazón nos pide. Cuando dos abogados son AMIGOS, escrito a

Desgaste psíquico, cansancio físico.

Nuestro trabajo, como es bien sabido, no suele comportar más esfuerzo físico que el de arrastrar la cartera y la toga, pasar largas, larguísimas horas sentado en el sillón del despacho con la consiguiente contractura cervical o conducir 150 km para celebrar un juicio.  Sin embargo, la mayor parte de los días, cuando regresamos a casa, estamos físicamente agotados, muchos días extenuados a la hora de la comida, y esto nos sucede cuando celebramos vistas de dos, tres o cuatro horas. Durante todo el tiempo hemos estado sentados más o menos cómodamente en los estrados, pero nuestro sistema nervioso al completo, empezando por el cerebro, ha corrido la maratón de Nueva York y la de Boston además de completar un decatlón con buen resultado final. Mientras permanecemos atentos a todo cuanto sucede en la Sala, con la adrenalina saliendo a la superficie por todos los poros de nuestro cuerpo, además debemos aparentar que hemos completado las pruebas deportivas sin sudar, ni resoplar. El maltrato

Un mes y un día.

Ese es el tiempo que llevo sin aparecer por aquí. No, no ha sido por falta de cosas chuscas, dolorosas, divertidas o bizarras, si no porque, aunque tengo una fran habilidad para inventar el tiempo, ahora me ha estado faltando, y mientras me sobraba cansancio.  Esta semana, hoy, no están siendo diferentes, pero si he conseguido sacar unos minutos de la nada. En estos días ha habido un poco de todo y al final, el resumen, es que mi vida es entre bipolar y esquizoide, por momentos, incluso con tintes de paranoia. En fin, como la de todos los abogados normales y la de la mayoría de la gente corriente. Los Juzgados siguen igual de mal que en los tiempos anteriores al parón. Algunos de ellos, cuando nos los pisas a diario, aún te sorprenden, siempre para aumentar tu indignación, el día en que uno lo haga para bien me va a dar un pasmo. Cuando no es una causa en la que faltan escritos de personación, los Autos de transformación en Delito Leve se notifican al cliente como Autos de Sobreseimien