Fruta de tiempo

Con este calor insano a estas alturas, no cabía otra opción, me he acatarrado, mis ojos parecen nubes lluviosas, mi nariz el jet del Lago de Ginebra, mi voz sale desde una caverna, mi cabeza es una jaula de grillos locos...
Aún así, las obligaciones son impostergables. Aquí estoy, afrontando un día más la blanca pantalla.
El viernes, por no meter en un problema a unos compañeros, hemos accedido, la Procuradora y yo, de común acuerdo, a no oponernos a una suspensión que ellos habían solicitado. Pero la historia es mucho más larga: En octubre de 2009, si, hace dos años, instamos una demanda de ordinario, para resolver un contrato y recuperar el dinero de nuestros clientes, hasta diciembre de 2010 no se señaló la audiencia previa, que el Juez nos obligó a suspender, para intentar un acuerdo, que ambas partes sabíamos imposible. Se celebró, por fin, la audiencia previa a finales de mayo, citándosenos, para el miércoles 5 de octubre, a juicio. En esta interminable espera los demandados han vendido las acciones de la empresa demandada a unos terceros...¿No suena todo un poco/bastante raro?.
Los únicos perjudicados son mis clientes, ya que los desvergonzados incluso pretendían que no sabían cuándo ni a quién le vendieron la empresa.
La justicia, si es lenta no es justicia, pero ¿a quién culpamos de los retrasos?. ¿Al Juzgado, a los funcionarios, al Juez por obligarnos a intentar un acuerdo inalcanzable, a los demandados que han pretendido sustraerse a la demanda? Realmente, y como se dice vulgarmente, ¡Entre todos la mataron, y ella sola se murió! (Como dato adicional decir que es el mismo Juzgado que tardó TRES MESES en proveer el divorcio).

Comentarios

Entradas populares de este blog

Sobresaltos.

Tan deprisa, tan despacio.

Somos personas y esto una pandemia.