Algunas mujeres...

Algunas mujeres son tremendas, y de eso ya he dejado constancia. Algunas tratan de incomodar lo más posible, siempre en perjuicio de sus hijos, el régimen de visitas. Cuando su ex marido, que la conoce bien, trata de evitarla, mandando a alguien de su familia para recoger a sus hijos (hecho este no prohibido ni limitado por la sentencia de divorcio) ella se pone como una draga, ya que no puede obtener su capricho, que él sea una marioneta en sus manos.
Nuestro derecho de familia está profundamente pervertido por concepciones pseudomachistas, de un lado, y ultrafeministas de otro.
Me explico, los automatismos en las custodias para las madres de los menores, no tiene ningún fundamento constitucional, pues vulnera la igualdad ante la ley entre hombres y mujeres. Nada, excepto la concepción machista, por relegar a la mujer a la casa y trasnochada de que las madres cuidan mejor de los hijos, justifica que las mujeres se queden con los hijos y okupen sine die el domicilio familiar.
Las cuantías desorbitadas que algunos padres tienen que pagar de alimentos, con unos salarios exiguos, sólo tienen el fundamento hiperfeminista de compensación por siglos de opresión y dependencia económica, pero se disfraza de necesidades de los menores.
Luego nadie quiere escuchar a los hijos y debería ser obligatorio, con la debida preparación, que todos y cada uno de los descendientes de un matrimonio, y antes de decidir sobre lo que será el resto de su vida, SEA ESCUCHADO por el Juez, por el Fiscal, por el Abogado demandante y por el Abogado demandado y que tras ello, cada uno exponga sus propias conclusiones, tras las cuales, la decisión sería menos sesgada de lo que es actualmente.
Creo que las reformas necesarias en el derecho de familia deberían partir del SENTIDO COMÚN.

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