La katana y el aguante

El asunto de la "katana", al final se ha solventado, pero ha sido francamente duro. Ha habido momentos en que he llegado a temer cualquier cosa. Ha sido tanto que al terminar, el Juez se ha solidarizado conmigo, ya que dos de mis tres últimas víctimas han sido las más bravas y reticentes contra el procedimiento que he tenido en mi vida. Y sólo con siete días de diferencia. Me han dejado exhausta, emocionalmente agotada.
Luego la tarde no me ha dado tregua tampoco. Mis asuntos son cada vez más extravagantes y peregrinos. Y algunos antiguos, que colean, no me dejan margen para el reposo mental.
El consuelo es pensar que, al menos, estoy intentando hacer las cosas bien. El problema es que no tengo tiempo para terminar el Recurso de Apelación de un Juicio de Faltas del turno que no tengo por donde coger.

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