Podredumbre

Cada día que pasa, mi grado de depresión por la desintegración paulatina del sistema judicial, escala un peldaño.
Por nuestra propia desidia y temor, somos incapaces de enfrentarnos a todos aquellos que, cada minuto que pasa, pervierten aún mas a la Justicia. Si, con mayúsculas, esa que los Jueces y Magistrados imparten en nombre de todos.
El esquema sobre el que se desenvuelve nuestro trabajo diario, sobre el papel, es aceptablemente bueno. En la práctica está corrompido hasta la extenuación.
Anteayer hablaba sobre los inventos procedimentales, ayer sobre la estupidez de algunas leyes, hoy sobre la realidad alterada que se ve desde el estrado del Juez.
O eso, o se dictan sentencias con el más subjetivo de los criterios, sin la estricta observancia ni de la ley, ni siquiera de la prueba y menos aún de la razón o la lógica más elemental.
Es irreconocible, desde las leyes rituarias, que se suspenda un juicio en el Penal, porque la testigo/representante legal de la perjudicada, citada en legal forma, se encuentra de vacaciones en la playa.
Se da de bofetadas contra la LECr. que una Juez de Instrucción diga en su sentencia que un documento oficial (Certificado de Pleno municipal) no sirve de prueba de cargo porque, atención, no ha sido ratificado por nadie del Ayuntamiento.
Es abominable que se acepte que un demandante aporte una hoja de un Informe Pericial con su demanda y el día de la vista le permitan incluir el resto del Informe.
Vistas una a una parecen pequeñas corruptelas, pero son nuestro pan de cada día.
No se cómo seguimos vistiendo la toga, ya que según las resoluciones que recibimos, somos los peores abogados del mundo y ni sabemos nada ni nos enteramos de qué va esto.
Somos nosotros? O son ellos? O es el sistema putrefacto? O es la sociedad hedonista y nihilista, en la que nada importa y todo es igual?

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