Algunas veces

A veces nos encontramos en tesituras difíciles de solventar. Como abogados y como personas, porque de ambas cosas estamos compuestos.
Optar por la A) nos garantiza la propiedad y la continuidad, optar por la B) es una aventura y un nuevo comienzo.
La primera elección es cara, la segunda incierta.
¿Qué aconsejamos en esos casos a los clientes?
Yo hoy me he atrevido a aconsejar lo desconocido, la incertidumbre, lo nuevo, contra lo viejo, lo manido, lo usado.
No sé cuál será la decisión final que se adopte, pero en cualquier caso, y en la actual situación, mi elección compuesta a partes iguales de meditada y sesuda reflexión jurídico-económica y de emociones personales, se basa en el conocimiento de los datos, de las personas y de sus actuales circunstancias.

FELIZ FINDE.

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