Dos días y dos cumpleaños.

Hoy, 29 de julio, es uno de mis días preferidos del año. Primero porque es el cumpleaños de mi marido, y desde hoy, el de mi peque Carmen, y segundo, porque quedan sólo dos días para las vacaciones estivales.
Para ser la recta final, esta siendo completa.
Menos penales, que suelen dar la tabarra a estas alturas del año, voy a tener de todo.
Mis pobres y exhaustas neuronas me están pidiendo a gritos una tarde de piscina, y mi sentido común ya piensa en el 1 de septiembre y los siguientes 11 meses completos.
Me gustaría limpiar la mesa y que permaneciese así hasta que se iniciasen nuevos procedimientos a partir del puente de septiembre.
La realidad que es cruel, dice, lo que dejes sobre la mesa te comerá los dedos a la vuelta.

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