Y se acabó la semana laboral.

Viernes noche, mucho cansancio acumulado y demasiada agua desde el cielo.
Ha sido una semana de trabajo con grandes sobresaltos profesionales. No ha faltado de nada, cabreos, agobios, amenazas, impotencias, alguna que otra lágrima reprimida y alguna amenaza velada.
El resumen es simple, sólo una semana más.
El panorama para la próxima no se presenta muy distinto. 
Hoy, para terminar, quiero desear desde aquí una plena recuperación a Juan Carlos, después del terrible accidente, sólo cabe esperar que se mejore y darle ánimos a su familia.

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