Servicios Sociales.

Denostados e imprescindibles, a partes iguales, cuando se trata de familias disfuncionales.
Al inmiscuirse en la vida de nuestros clientes, los odiamos, si, por el contraído, somos nosotros los que los utilizamos en nuestro beneficio, los deseamos.
Son prácticos, pero entrometidos, incapaces de solucionar los problemas, pero hábiles para ir sorteando los pequeños obstáculos.
Ni con ellos, ni contra ellos.
Lo mejor es tenerlos de tu parte, porque, en otro caso, te darán muchos dolores de cabeza, ya que con su hacer imbuido de progresismo sesentayochista, acaban sentando cátedra.
Como digo, mejor tenerlos de nuestro lado.

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