Contra convicciones.

Siempre he sido contraria a las custodias compartidas por lo que implicaban de egoísmo de los progenitores.
Hoy, sin embargo, he preparado un convenio de divorcio con custodia compartida, los que se mueven son los padres y los hijos no van a notar ninguna diferencia sustancial más allá de la alternancia en el cuidado.
No se señalan pensiones alimenticias y los gastos, tanto domésticos como de los menores serán abonados por cada padre mientras conviva en el domicilio familiar.
Así que me veo, actuando contra mis prejuicios y tratando de conjugar el interés de todas las partes, aunque para conseguirlo cuento con el apoyo inestimable de las familias de origen de los progenitores.
Sólo en un país con la tradición familiar del nuestro es posible utilizar esa red social primigenia que es la familia extensa.
Esto también debería ser portada del periódico estadounidense.

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