Alguna fuerzas maleducadas.

Los letrados, al menos los de Badajoz, nos enfrentamos a diario con la mala educación y la grosería insufrible en el trato que nos dispensan algunos miembros de determinadas "fuerzas".
Las leyes que teóricamente nos amparan en el ejercicio de nuestro trabajo, les son, a esos especímenes, olímpicamente ignotas o, en su defecto, sólo plenamente desconocidas, en su letra y en su espíritu.
Nosotros, habitualmente mejor educados, soportamos sus desplantes y/o despropósitos varios, todo nuestro esfuerzo y templanza lo sacrificamos en el ara del sacro santo derecho de defensa.
Sus superiores deberían plantearse dedicar la formación continua a urbanidad, buenos modales y respeto.

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