Me termino resignando.

Los últimos días de la pasada semana fueron especiales, ya que además de profesional soy mujer, esposa, madre, "Celeb Styler" y se compendió todo.
Hoy, de vuelta a la cotidianidad laboral, me he enfrentado a una de las peores circunstancias que tiene que afrontar un Letrado, entrar a un procedimiento empezado en el que ya no puedes hacer las cosas a tu modo, con lo cual, la resignación es obligada, ahora tienes que enmendar lo que en tu opinión está hecho de una forma distinta a la que se debería.
Por otra parte, en este caso concreto, poco se ha hecho por mi predecesor en el asunto, asi que espero, confió y deseo poder reconducirlo a mi manera.
Otras veces la resignación deriva de la obstinación de los políticos de legislar en contra del sentido común y, por desgracia, en ese caso sólo podemos limitarnos al control de daños.

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