Las guardias.

Hoy estaba de guardia de asistencia a las víctimas de violencia de género, y hasta esta tarde no me han llamado, mañana veremos en que para el asunto.
Me han avisado mientras preparaba el escrito de defensa de un presunto "maltratador", puesto que no quisimos conformarnos con las presiones del Fiscal, ante lo que nos respondieron con una absoluta falta de práctica de pruebas y la imposibilidad de proponer ninguna en descargo del hombre.
Ante esta situación se me plantea la natural esquizofrenia en que nos desenvolvemos los abogados, en un minuto eres defensor del agresor y en el siguiente eres la acusación por la víctima, y el mérito es que lo hacemos con la misma entrega y pasión.
Pocas personas son capaces de apreciar esa ductilidad, algunos incluso llegarían a valorarlo si lo comprendieran, pero para nosotros es lo más natural del mundo.
Bravo por los abogados y su impresionante capacidad de asunción de los diferentes roles, ya nos gustaría que los demás "operadores jurídicos" tuviesen la misma cintura que nosotros.

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