Hacienda again....

Como cada 30 de enero, día de impepinable cita con la Agencia Tributaria, estoy molesta, enfadada, y muy triste. 
Lo primero, molesta, porque ya que el Estado me controla todo todo todo, ¿por qué me tengo que auto incriminar declarando contra mí misma?, siendo un derecho sancionador, deberían respetarse los derechos del investigado, y entre ellos el de guardar silencio, o el de no confesarme culpable.
Lo segundo, enfadada, porque me ha tocado pagar, y dado lo poco, no, lo nada que yo recibo, pues se comprende que no me haga gracia que me esquilmen los escasos recursos que poseo y que tanto esfuerzo y horas me cuesta ganar.
Lo tercero, muy triste, porque si tuviera la certeza de que el dinero que me saquean de los bolsillos sirviera de verdad para mantener un Estado social y democrático de derecho, y no un panda de ineptos políticos de toda laya y jaez, y cientos de miles de inútiles chupópteros, no tendría problemas en pagar mis impuestos. Como no es así...me rebelo, aunque de nada me sirve, pues como mansa oveja, he abonado puntualmente lo que la AEAT a tenido a bien comunicarme que os debía a todos.

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