Y el TS se salta la ley.

Hace pocos años, por fin, se dejo de tener esa mala entendida compasión decimonónica o sesentayochista de que los "pobres delincuentes" al ser víctimas de la sociedad, merecía redimir sus penas por el mero hecho de permanecer en un centro penitenciario.
Dicha diposición legal, desde nunca, le ha hecho maldita la gracia a la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo, y como tiene por costumbre, mediantre acuerdos no jurisdiccionales, contraviene la voluntad del legislador, y la gota que acaba de colmar el vaso es que, según el último, de 19 de diciembre de 2013, cada diez comparecencias apud acta, lo que todos conocemos como firmar, sea todas las semanas, los unos y quince, una vez al mes, o como se haya dispuesto en el Auto de libertad, se va a redimir un día de condena.
Y se han quedado tan anchos, y las víctimas, os preguntareis, a esas, ¡que les frían un paraguas!

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