Todos los ases.

En ocasiones nosotros mismos vemos fantasmas cuando tenemos delante un asunto, estamos tan obsesionados con tenerlo todo controlado. Miramos, remiramos, repasamos las pruebas y los argumentos, analizamos las posibilidades y las respuestas, pero nunca obtenemos una solución porque no depende de los Letrados, sino del Juez.
Intentamos hacerlo todo tan bien que a veces nos angustia pensar que el contrario, que no quiere una solución amistosa, porque gana más en los Tribunales, tiene escondido un conejo en la chistera, un as en la magma, un truco procesal, cuando lo unico que le importa es el dinero adicional del proceso contencioso.
 

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