Sobresaltos.
Esta mañana empezó como cualquier otro lunes corriente, tenía planificado el trabajo a realizar, tanto en la mañana, como en la tarde, sin embargo, cualquier previsión se desmoronó cuando, a las nueve y media de la mañana me suena el móvil, y desde el Juzgado de lo Penal me dicen que tengo un juicio a esa misma hora, para defender de un robo con fuerza, a una persona de la que ni me suena el nombre, y que no me consta que me haya sido designada. Tras revisar concienzudamente todos los correos de las últimas semanas con las designaciones del Colegio, y hablar con el LAJ del Juzgado, me entero que a ellos mi nombramiento les llegó el jueves 27 de febrero, a mí nunca me ha llegado. Tal como estaba, es decir con ropa de despacho, agarro mi mochila y me bajo al Palacio de Justicia, entro en la Sala y le explico al Magistrado que no sé nada de esto, y me tiende amablemente los Autos, le pido poder subirmelos para poder estudiarlos con un poco de calma, porque en ningún caso me iban a suspend
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