Sensaciones extrañas.

Cada día más mis clientes me producen sentimientos contrapuestos y sensaciones extrañas. A algunos les daría un lexatin, o una caja entera, a otros les haría tragarse una ración triple de redbull con cocacola. O mejor, les daría un coctel de ambos, y así durante los lavados de estómago, al menos se ocuparían de algo realmente importante.
No sé si con los años es que estoy cada vez menos predispuesta y dispuesta a aguantar sus bobadas, o es que realmente la crisis ha hecho una profunda mella en los cerebros patrios.
Están/estamos todos tarumbas, y no es ni por el calor ni por la época del año, es algo mucho más profundo, más estructural que coyuntural. Tengo la impresión de un fin de ciclo.

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