Se acabó el año judicial (civil)

30 de julio, mañana, las notificaciones tienen fecha de 1 de septiembre.
Así que, a todos, gracias por vuestra paciencia, por vuestros retuits, por vuestros "me gusta" y comentarios de Facebook.
El año ha sido complicado, duro y, por momentos, incluso terrible. Pero también ha sido gratificante, conmovedor y provechoso.
He llorado y he reído, he gritado y susurrado, he estudiado y aprendido, he discutido y he concertado acuerdos, me he enfadado y me he alegrado, he escuchado y me han escuchado.
Pero al final, como si fuera un parto, las endorfinas te hacen olvidar el dolor y disfrutar con lo conseguido.
Y lo mejor, se ha coronado el año con el nacimiento de Carmen, la hija de mi gran amiga y compañera de fatigas, Lydia. No podía pedir mejor broche de oro para adornar este año.

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