Testigo peligroso

Me estoy volviendo como los Jueces y Magistrados, y me gustan, cada vez menos, los testigos. Son peligrosas bombas de relojería andantes. Si los instruyes para que estén tranquilos, malo; si te entrevistas con ellos para tantearlos, peor.
La pesadilla hecha realidad.
Tengo un asunto y he querido hablar con quien hubiera podido dar verdadera luz sobre el mismo, el sujeto de la modificación que me plantean, y gracias a Dios que lo he hecho esta misma mañana, antes de enfrentarme con él en la Sala de vistas.
La parcialidad es inherente a la condición humana, el egoísmo también, pero todo mezclado con soberbia, rencor y manipulación, son el cóctel molotov perfecto que te estalla en la cara.
De la que me he librado.

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