Jueces imberbes.

Si de mi dependiera el acceso a la judicatura exigiría, que al menos los candidatos hubieran pasado cinco años trabajando en otra profesión jurídica.
No te encontrarías, en los Juzgados de salida, a jovenzuelos que la factura más grande que han pagado ha sido la de Burger, que al fontanero lo llama su mamá y que su capacidad de solventarse la vida termina cuando salen de la ducha por la mañana. Eso si, tienen la memoria de cinco elefantes, pero les falta la experiencia en la vida y su "conocimiento" les llega sólo hasta la hora de la merienda.
Y en sus manos, en su leal saber y entender, terminan frustrándose las esperanzas de obtener justicia tras casi treinta años, de alguien con edad de ser su abuelo.

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