Difícil decisión.

Hay ocasiones en que la vida nos pone en la tesitura de decir sí o no, y nuestra cabeza se convierte en una batidora a toda potencia.
La posibilidad de tomar distancia y mirar con frialdad nos es hurtada, porque la racionalidad y los sentimiento se mezclan con las propias ambiciones y convicciones.
En esos casos, decidir es complicado.
Quieres blanco, pero lo adecuado es negro, porque los grises no existen.Se puede ganar mucho, pero también se puede perder todo.
Tras intercambiar opiniones y valorar los pros y los contras, se está aún peor que al principio. 
Mientras tanto, se reciben múltiples presiones desde todas partes, desde arriba y desde abajo, con lo que la encrucijada sigue siendo toda tuya.
Reuniones y más reuniones y la solución razonable parece cada vez más lejana, nada funciona y cualquier opción es mala, o buena, depende de lo que se esté dispuesto a renunciar o a conseguir.
Nadie sabe cómo acertar y cada uno tiene su propia opinión y conjugar la de todos, es difícil.

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