Dias de locos y de hermandad.

Los días previos a la celebración de Santa Teresa, el Colegio de Abogados es un hervidero de preparativos para la Jura solemne de los nuevos colegiados y el homenaje a los que cumplen 25 o 50 años en el ejercicio.
Cada año es igual y sin embargo, la tensión y la emoción, son inevitables. 
Si los jurantes están nerviosos, nosotros también, porque de todos depende que sea un día inolvidable, y por conseguirlo, se esfuerzan con ahínco los trabajadores del ICABA. Las sillas y las flores, los estrados y las invitaciones, el protocolo y las autoridades, las alfombras rojas y las togas impolutas, todo es relevante para que el gran día resulte perfecto.
Y tras la ceremonia institucional, la hermandad, con la tradicional comida en un hotel de la ciudad, y después el baile y alguna copa, que nada sobra y nada falta en este festejo.
Y para relajarnos del todo, al día siguiente organizada, también por el Colegio, la jornada de convivencia, que, me vais a permitir que os diga que es de lo más divertida y donde, ya sin trajes ni tacones, nos explayamos, nos reencontramos con amigos a los que sólo vemos en juicio, de vez en cuando, o aquí.

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