Primer asalto.

Hoy se nos ha notificado el sobreseimiento provisional de un asunto que supone la primera victoria de una batalla que sabemos será larga y complicada.
Se había denunciado a mi cliente, de forma falaz y espuria, por unos presuntos malos tratos psicológicos hacia un menor. No había mas que resentimiento y venganza en semejante acusación, pues un togado con puñetas no había querido entrar en su macabro juego de manipulación y tergiversación.
Y cual justiciero incompetente, en lugar de emprenderla con quien no le ha dado la razón, la tomó contra aquella persona a quien mas daño podría hacer, y que menos podría, aparentemente, defenderse.
Lo mejor es que otro togado con puñetas también se ha negado a dar cancha a los delirios del denunciante, y a hacer un daño inútil e irreparable a un menor.
La cordura se impone y así se gana el primer asalto.

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