Hasta cebollas.

Ayer no hubo post por dos razones, la primera mi guardia de juicios rápidos que terminé a las diez de la noche en Comisaría, la segunda el veredicto del jurado popular.
En la guardia ha habido de todo, desde pirados descontrolados que pedían a voces a otro Letrado, queriendo contarlo todo ante la Policía, sin escuchar ni atender a razones, hasta imputadas no detenidas que cantaban en dependencias policiales y besaban a los agentes antes de marcharse, pasando por extraños protocolos sanitarios de ingreso de menores, presuntamente maltratadas, en hospitales durante cuarenta y ocho horas por un moretón en una pierna, o agresiones con cebollas (si, las hortalizas). Lo único normal fue una alcoholemia.
Lo del veredicto es otra historia, que por respeto, no voy a poner negro sobre blanco. Sólo comentaré la profunda perplejidad que me invadió cuando el portavoz leyó los resultados, aun no puedo entender que hechos contradictorios sean declarados probados. Por ello, mis crueles reticencias a los juicios con jurado se han visto exacerbadas. El jurado en España es otro engendro jurídico-judicial mas de los numerosos que nos vemos en la necesidad de sufrir.

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