Iguales pero diferentes.

Todos los divorcios son iguales y cada uno de ellos es diferentes.
En esencia se trata de poner remedio a la crisis personal y económica que supone un matrimonio roto.
Lo peor y lo que los distingue siempre son los hechos, los antecedentes, los coincidentes y los consecuentes.
Cuando se llevan muchos años haciendo practica divorcista, se aprende a escuchar esos hechos, esas sensaciones, esas emociones, esos silencios, y así se discriminan con claridad, la voluntad y los intereses del cliente, sea hombre o mujer. Por ello es necesario entrevistarse varias veces con la persona, pues solo así se desentrañan las razones y sinrazones que nos llevaran a la Sentencia.
Los fundamentos de derecho y las medidas a adoptar, son similares, cuando no exactamente idénticos.

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