Una apelación penal.

Esta mañana he presentado un recurso de apelación contra una sentencia del Juzgado de lo Penal que literalmente condena sin prueba, sin ninguna prueba a mi defendido y su acompañante.
Hay veces en que me planteo si los jueces y nosotros estamos en los mismos juicios, y la respuesta no es nada clara.
Los testigos, les interrogan cuando van a vender unos objetos a un desguace. Les produce tantas dudas la propiedad de los objetos y el modo de adquisición por parte de los condenadosque ni siquiera llegan a detenerlos.
El dueño de la finca donde supuestamente estaban los objetos, la tenía prácticamente abandonada, tenía la valla rota y el candado también.
Pues al final, los pobres acusados se comen con patatas la condena.
La Sentencia recoge, sin ruborizarse, que la defensa basada en que los objetos eran res nullius o res relicta era una construcción, pero su condena vulnerando todos los derechos y principios de presuncion de inocencia y de in dubio pro reo, eso no es una construcción, será porque va en papel timbrado.

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