A por todas
Cuándo todo parece perdido, y sin esperanza de que haya justicia, en ese momento es cuando los abogados debemos ser un poco empáticos y tratar de encontrar algo a lo que agarrarnos, jurídicamente hablando para intentar conseguir un pequeño rayo de luz para nuestro cliente.
Eso es lo que nos queda al compañero y a mi en el asunto que tenemos entre manos. También tenemos la colaboración desinteresada de nuestro contrario, dispuesto a estrujar hasta la última gota el limón de un pleito que ya ha recorrido todo su camino procesal (en mi modesta opinión).
Veremos que se resuelve al final.
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