Ser tonto o hacer el tonto.

Hoy estoy de guardia de rápidos, a las nueve menos diez me ha llamado la maquinita, a las diez y cuarto estaba sentada en Comisaría con mi cliente.
En un principio parecía que iba a ser sensato, llegó preguntando si podía sólo declarar ante el Juez, yo vi una posibilidad a su defensa.
Le releyeron sus derechos y empezó a hacer el tonto, se puso a lloriquear y a decir que él sólo quería contar la verdad.
Casi me levanto y le pongo un esparadrapo en la boca.
Ha contado con pelos y señales todo.
Con lo que mi única opción era buscar alguna atenuante, menos mal que, de pasada admitió que se metía de todo menos miedo, a eso me aferré y le sonsaqué que se había fumado la mitad del hachís y de la marihuana del mercado local en un rato.
Espero que mi compañera que va mañana al juicio le sea útil, y que el gili de las narices la escuche con atención, es recuperable, sólo tiene una detención anterior, aún no tiene antecedentes judiciales, está a tiempo de no ser tonto.

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