Un reto

Puede parecer que, cuando llegas a determinado nivel profesional, ya es prácticamente imposible que te lleguen nuevos retos, de los que aceleran el pulso y disparan la adrenalina. Pues esta semana, he tenido la oportunidad de afrontar una nueva situación, para mí, hasta ahora, desconocida.
Me habían propuesto hacer una cosa, parecía que al final no iba a salir, y, a bote pronto, me encuentro preparándome, con solo dos días para hacerlo, encarando un Everest. 
Ha habido momentos de angustia, como cuando el sherpa se tuerce el tobillo, momentos de euforia, cuando ves la cima al alcance de la mano, momentos de inseguridad, cuando sientes la cuerda aflojarse, momentos de orgullo, cuando aprietan tu mano y te dicen "tú puedes con esto y con más", y ahora se aproxima la hora de la verdad, la última etapa del ascenso, la decisiva, y me conformaré con que no sea un absoluto fracaso, y que el empeño, el esfuerzo y la ilusión suplan las carencias de la falta de oxígeno.
Mañana os contare si logro coronar la cima, que ya será un gran triunfo.

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