¿Qué hacer?

Desde hace un par de semanas, tengo sobre la mesa un problema irresoluble.
Matrimonio divorciado, pero indisolublemente unidos por una hipoteca al Banco y entre si.
Mi cliente no quiere ni oir hablar de quedarse con ese piso que tan malos recuerdos le trae. Tampoco está dispuesto a seguir haciendo frente al pago de su mitad pues su ex mujer paga tarde mal y nunca su parte. 
Ante ello, no puede hacer absolutamente nada mas que aguantarse, y soñar con que ella quiera aceptar la venta de la casa.
Podemos dejar de pagar, y nos vendrá el Banco a embargar, a ambos. El inconveniente es que ella no tiene ni donde esconderse, y el tiene trabajo.
No se realmente qué es lo mejor para él.
Y, por desgracia, la ponencia de esta tarde, del Congreso de Derecho de Familia, no me ha ayudado.

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