Jurado popular.

Badajoz, cuidad tranquila donde las haya, celebra cada dos años, un juicio con jurado.
Hoy han comenzado las sesiones del último, y una cliente mía ha cometido la enorme torpeza de preguntarme por él. Pobre...ha tenido que sufrir, sin anestesia, primero la lección de procesal penal, y después, mis crueles e implacables críticas a la configuración de estos procedimientos, metidos con calzador en nuestra ley rituaria criminal.
He estado despotricando durante veinte minutos contra el maldito híbrido que se sacaron de la manga por la inmensa demanda popular de justicia del pueblo.
El caso es que está mal configurado, en mi opinión, de principio a fin. Desde el Magistrado Presidente que predetermina las cuestiones sobre las que los ciudadanos deberán pronunciarse, hasta la ubicación de las partes en la Sala o la imposible teatralidad imprescindible en esta clase de juicios por la rigidez de la Ley de Enjuiciamiento sobre el desarrollo de las víctimas.
Nuestro legislador, como de costumbre, realiza engendros que no cuadran ni con lo que debería ser, ni con la tradición judicial.

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