Entrar en su juego

Hay ocasiones en que el cliente quiere involucrarte en su delirio. Ya has llevado su asunto a los tribunales, ya se ha celebrado el juicio, y estando ya sólo a la espera de juicio, escucha a todo el mundo, menos a ti.
Ya te machacó durante días y meses, y sigue atendiendo a cualquiera que le diga cualquier cosa, por supuesto, no estamos hablando de profesionales de la abogacía, si no del amigo, del conocido, del portero del exnovio.
Y llegado un punto, y tratando de ser lo menos desagradable posible, te plantas y dices, "cuando tengamos sentencia lo hablaremos", y cortas por lo sano.
Es emocionalmente agotador luchar contra los clientes pasivo-agresivos en cuya vida no hay nada, excepto SU ASUNTO.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Sobresaltos.

Tan deprisa, tan despacio.

Somos personas y esto una pandemia.