Extinción.

Después de tantos años dedicándome a Familia, lo más raro sigue siendo la extinción de la pensión de alimentos a los hijos.
No es más que la consecuencia del paso del tiempo y por ello, en la mayoría de las ocasiones, ni siquiera se judicializa, sucede y ya está, y el alimentante deja de pagar y el alimentista no se molesta en reclamar, y así, de forma natural, decae esa obliga legal y judicial.
En contadas ocasiones, si llegamos a la sala de vistas y hacemos sufrir a hijo y padre, a partes iguales, y la madre vuelve a sentirse despojada, una vez más, de lo que cree propio, aunque en realidad, sólo es gestor de negocio ajeno.
Debería poder evitarse este nuevo enfrentamiento familiar articulando una supresión automática si el beneficiario aparece más de seis meses de alta en la Seguridad Social.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Sobresaltos.

Tan deprisa, tan despacio.

Somos personas y esto una pandemia.