El primer sapo.

Esta tarde, mientras estábamos trabajando en el despacho, por primera vez, a mi padawan se le ha atragantado el asunto. 
No es cuestión de dificultad intrínseca del procedimiento, ni tampoco de falta de conocimientos teóricos o prácticos, es pura y simple antipatía, porque su convencimiento personal choca frontalmente con los intereses de nuestro cliente.
Desde que el caso entró, ella está reticente, la fuerzo a que lo defienda, pero su lucha interna, de momento, es más fuerte que el autocontrol que los abogados adquirimos con la experiencia. 
"No lo veo" es la frase que mejor define lo que le sucede.
¿Cuántas veces al cabo de la semana somos los primeros en estar convencidos de la poca fiabilidad de nuestros argumentos o pruebas? Y ¿cuántas veces nos dejamos la piel tratando de demostrar lo indemostrable?.
Hasta el día 13 aún tiene tiempo para convencerse, convencerme y convencer al Juez de que tiene razón nuestro cliente, de momento, se tiene que tragar su primer sapo.

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