¿Y ahora que?
Esta tarde he recibido la llamada de una madre preocupada por si hijo, hasta ahí todo normal. Lo malo es que esta mujer que teme a su retoño de veintitantos años, y vive a mil kilómetros intente encontrar una solución al problema, antes de que acabemos enchironandole durante un lustro.
Está condenado, lleva una pulsera de localización y quebrantar la sentencia, cuando no es la pila es cualquier otra cosa.
Pero esta enfermo y no se medica, nadie lo cuida y cualquier día va a pasar algo peor aún de lo ya sucedido.
No ser le puede obligar a tomar los medicamentos, no se le puede ingresar en un centro psiquiátrico, no se...no se...no se...
No es mi trabajo, pero si mi responsabilidad intentar hacer algo.
Comentarios