Tristeza.

Es la que me produce no haber acudido a mi cita con vosotros estos últimos días, odio mis obligaciones como madre también me llevan tiempo y más estas dos semanas en que han machacado los alumnos de 2º de ESO a exámenes, y aunque sólo sea para no sentirme mala persona, he estado estudiando lengua y francés, música e historia, matemáticas y naturales.
Y también es la que me encoge el alma cuando veo como algunos se vengan de la libertad de expresión contra un indefenso, vomitando prejuicios en papel oficial. O cuando leo en otro sitio que un artículo dice lo que no dice, ni ha dicho nunca.
Pero lo peor de todo es que hay personas que, cumpliendo la ley de manera escrupulosa, se enfrentan a la cruda realidad de que son los únicos que lo hacen, Pierre porque a los demás, les traer al pairo.

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