¡Madre mía!

Si, ¡madre mía! No deja de sorprenderme todo lo que ocurre a mi alrededor.
Intentando ayudar a una persona, te topas con todas las incompetencias, incongruencias, y perversiones probables, posibles, improbables e imposibles que se pueda llegar a imaginar.
Todo vale y todo sirve.
La ley es papel mojado, el leal saber y entender es inexistente, las pruebas son inútiles.
Todo se rige por las impresiones y por los prejuicios.
Lo mejor del día ha sido encontrar el repertorio de Jurisprudencia de Aranzadi de 1947 y 1948.

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