Sigo en la brecha.

Lo primero que quiero hacer hoy es pedir disculpas por mi desánimo y su consecuencia, ni siquiera tenía ganas de escribir.
Como buena católica he hecho propósito de enmienda, a partir de ahora, volvemos a la rutina, cinco posts por semana. Al menos lo voy a intentar.
Y como no hay cosa mejor para recuperar la rutina que una "buena" (léase con una marcada entonación irónica) resolución judicial, hoy me han soltado una antológica.
Se despacha Su Señoría con siete folios, siete, de Auto de Sobreseimiento, y para mi sorpresa, pese a toda la documental pedida, admitida e incorporada a la causa, se descuelga con que se han practicado dos diligencias de instrucción, la declaración del imputado y la recopilación de sus antecedentes penales.
Eso si ha obviado Oficios cumplimentados, documentos aportados, y el último escrito de proposición de más prueba, que ni tan siquiera ha proveído, ah, que no se me olvide mencionar que tampoco ha pasado los Autos a Fiscalía para informe, aunque sólo hubiera sido por cortesía.
En fin, que aunque se hunda el Titanic, la orquesta del salón principal, sigue tocando.

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