LexNet y agonia.

Los diarios sobresaltos que nos proporciona nuestro inestimable sistema judicial, desde hace casi un año, ha encontrado el aliado perfecto para terminar con la escasa salud cardíaca de los pobres abogados del común.
Al principio sólo temíamos al mensajero de los Procuradores, que nos llevaba al despacho, siempre en horario de tarde, las notificaciones. 
Luego vino el fax, y podíamos recibir el susto a cualquier hora del día, o de la noche, incluida la del viernes, cuando con el tacón y en rouge puesto, y camino de la cena con el novio de turno, aquel trasto del demonio empezaba a soltar folios como si el papel y la tinta fueran gratis. 
Seguimos evolucionando y los Procuradores, que ya usaban Lexnet, también sin día ni hora establecida, te remitían por correo electrónico las notificaciones recibidas.
Y llego el 2 de enero de este año, y además de esto, ya tuvimos nuestro propio sistema de tormento, diario, no se suben las demandas, no se conecta al sistema, te llegan los avisos a la aplicación del móvil cuando te descargaste la resolución el día anterior, y todas las demás cosas, que cada día y en cada despacho suceden, porque no conozco ni un solo letrado al que le funcione bien a diario.
Eso si, nuestros amigos cardiólogos están hasta el gorro de nuestros semanales dolores precordiales...
Feliz finde.

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