Ad hominem

La falta de argumentos, la falta de razones, la falta de pruebas, los letrados, no muy avezados, la transforman en acusaciones ad hominem.
Es un recurso que ningún abogado debe utilizar jamás, porque evidencia la falta de estudio, de preparación, de análisis, de recursos jurídicos.
Desacreditar a un demandante, a un testigo, o a un perito, por ejemplo, se hace, pero sobre la base de contradecir su declaración actual con las anteriores, con otras, con pruebas físicas que desmonten su versión, no entrando en el plano personal y usando chismes, historias o habladurías.
Esto mismo es predicable de muchas otras facetas de nuestra profesión, como las negociaciones o los acuerdos. 
El respeto, la educación, la profesionalidad, deben imperar en las relaciones entre los abogados y las partes, los testigos, etc, también entre los letrados entre sí, y estos deben conducirse, evitando esa práctica, en todos los aspectos de su vida laboral.     

Comentarios

Entradas populares de este blog

Sobresaltos.

Tan deprisa, tan despacio.

Somos personas y esto una pandemia.