Diálogo de besugos

Vaya tela.
Hay  tardes en que es mejor no sentanse en el despacho, porque te acabas levantando con la desagradable sensación de que todos los correos que has intercambiado, han sido un perfecto diálogo de besugos.
Te dicen que el compañero no consigue hablar contigo (los que me conocen/conoceis sabeis que eso es inverosimil, porque devuelvo las llamadas, contesto los correos, y trato de no dejar nada para atrás). Para que no quedase por mi parte, esta mañana, por mail y por fax, he contactado con él. Ha respondido vía email, le he vuelto a contestar, y tras un nuevo intercambio de correos, y sentirme profundamente estúpida por haberme dejado enredar en su dinámica absurda, he apostillado un último mensaje, y ahi se ha quedado...
No se si su cliente toma el pelo al mío, si su cliente le toma el pelo a él, o si él me toma el pelo a mi.
 

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