Cosas fáciles.

Hay ocasiones en que todo se plantea como difícil y complicado y largo, y no hay tiempo, y de repente, la bruma se esfuma y la montaña resulta ser una colina y además bajita.
No todo es malo malísimo, ni complicado complicadísimo. 
Eso es lo que ha sucedido esta tarde. El cliente venía con un muchas dudas y una jovencita que no quiere, ni puede, ni debe seguir soportando una situación, para ambos insostenible, y tras un ligero análisis y una lectura rápida del Código Civil, parace que podremos solventarlo todo con un poco de dinero y una visita al Notario.
Nada de interminables y despaciosos procedimientos judiciales, siendo la voluntad de todos, se firma y se acaba.
No hay que bailar sólo con la más fea, a veces la guapa dice que si. 

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