Un mes y un día.

Ese es el tiempo que llevo sin aparecer por aquí. No, no ha sido por falta de cosas chuscas, dolorosas, divertidas o bizarras, si no porque, aunque tengo una fran habilidad para inventar el tiempo, ahora me ha estado faltando, y mientras me sobraba cansancio. 
Esta semana, hoy, no están siendo diferentes, pero si he conseguido sacar unos minutos de la nada.
En estos días ha habido un poco de todo y al final, el resumen, es que mi vida es entre bipolar y esquizoide, por momentos, incluso con tintes de paranoia. En fin, como la de todos los abogados normales y la de la mayoría de la gente corriente.
Los Juzgados siguen igual de mal que en los tiempos anteriores al parón. Algunos de ellos, cuando nos los pisas a diario, aún te sorprenden, siempre para aumentar tu indignación, el día en que uno lo haga para bien me va a dar un pasmo.
Cuando no es una causa en la que faltan escritos de personación, los Autos de transformación en Delito Leve se notifican al cliente como Autos de Sobreseimiento y Archivo, y sin Auto de Acumulación, ni constancia de quién o por qué se han enviado, se incorporan unos faxes remitidos desde un Ayuntamiento, cuando ya está señalada la vista del Juicio y para provocar un vuelco total al asunto; es un Juez nuevo que, ante la actitud desafiante del investigado, le da voces y le abronca; o bien un Fiscal que pide, en un resumen e prueba escrito, un aumento de la pensión de alimentos en 200 €, en el procedimiento de modificación del régimen de visitas. Lo de casi siempre...la Justicia está mal y a los abogados nos están volviendo locos, más aún.

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